Volví de viaje. Llego a casa con ansias de encontrarme con la Commodore Plus/4 que había pedido por Ebay. El email decía que la habían dejado en la puerta de casa el viernes a las 3:54pm. Yo llegué a casa el sábado a las 11:58am.
La busqué pero no la encontré. Ni en la puerta de casa. Ni en ningún lado.
(Vaya sorpresa se habrá llevado el ladronzuelo al abrir la caja).
Una tristeza enorme se apoderó de mi.
Para ahogar mis penas me fui al Vintage Computer Festival. Fui a escuchar la charla de Commodore. Iban a estar Bil Herd, Leonard Tramiel, Chuck Peddle y demás commodorianos de la época 8-bit.
Entro al “mercadito” de computadoras antiguas. Y me encuentro a una PET 8032 que decía funcionar. Impecable por fuera. Precio más que razonable.
Me dijé: - “Es el destino. Dios no quiere que programe para la Plus/4. Dios quiere que programe para la PET”.
No soy de los que contradice a Dios.
Forzado por obedecer a Dios compré la PET 8032. En el camino me lo encuentro a Leonard Tramiel (seguramente enviado por Dios también). Le pedí si no me podía autografiar la PET que con gusto accedió.
Y así fue la historia. Dios a veces nos manda mensajes extraños. Solamente hay que estar abiertos y predispuestos a escuchar.
Que Dios este con todos Uds. Amén.