Creo que mis ganas de tener un monociclo habrán empezado en el año 2001, cuando en Core estaba la fiebre de los malabares. Todos teníamos pelotitas, algunos más de 10 (yo, por ejemplo), aunque no sabíamos hacer con más de 3. Eso no importaba. Ariel Aizenberg era el Dios de los malabares, de hecho él fue el culpable de esa fiebre malabaril dentro de la empresa. Fué en ese entonces que le pregunté a Ariel acerca del monociclo, y me dijo que en el Bazar de Magia vendian. No recuerdo bien porque no compré ninguno en esa época, aunque creo que era porque estaban bastante caros. Igual tenía con que entretenerme: había comprado clavas.
Y fué recién en Semana Santa del 2006, en Chapadmalal, cuando volvieron mis ganas por el monociclo, luego de haber hecho durante 14 días seguidos clavas y más clavas.
Entonces, cuando volví a Buenos Aires empecé a buscar en internet un lugar donde vendiesen monociclos, pero lo más cerca que había encontrado, era en Lanus, donde un artesano vendía el monociclo de su hijo porque no lo usaba. Tenía pensado irme para Lanus si no encontraba nada más cerca, y el viernes 21 de abril, Pancho (un compañero de trabajo) me dijo que en k8malabares vendían monociclos. Fué muy gracioso, ya que k8malabares estaba a 8 cuadras del trabajo, y estaban a punto de cerrar, así que los llamé por telefono, les pedi que me esperar unos minutos y fuí corriendo a comprarlo.